Para reflexionar en familia

19 marzo, 2020
Para reflexionar en familia

 

 

 

Castelar, Marzo de 2020

Estimada comunidad

Estamos transitando un momento de aprendizaje para todos, sin duda valioso y oportuno para reflexionar en casa, con nuestros hijos. El primer lugar donde aprendemos a cuidarnos y a crecer es en casa, en familia, con nuestros afectos más cercanos y profundos.

Hoy cuidarnos a nosotros es para cuidar a los demás, con quienes convivimos todos los días. Tenemos que volver a construir el sentido de la solidaridad en nuestra sociedad, que se estaba volviendo individualista, esta es una verdadera oportunidad para cambiar eso. El dolor que vemos día a día en las imágenes que tanto nos impactan, no debe causarnos miedo, sino despertar un corazón capaz de actuar responsablemente.

Estamos tomando conciencia y responsabilidad ante las medidas que se anuncian. Es hora de hablar claramente, sin violencia ni recelo, respetando los cuidados necesarios que como comunidad debemos tener. Los otros no son una amenaza, sino la posibilidad de construir entre todos, un ambiente más saludable.

Y precisamente en este momento tan especial, comunicamos que la ordenación sacerdotal de Juan de la Cruz, que se iba a realizar este sábado, se posterga para más adelante. Una celebración tan grande no podíamos vivirla como familia en este momento. Juan nos pide que recemos juntos por quienes hoy más lo necesitan.

Estamos acompañando a Santiaguito en su camino hacia Boston, a la operación que necesita su corazón. Habíamos programado varios eventos para recaudar los fondos necesarios. Hoy solo podemos hacerlo por medio de las campañas virtuales, pero seguiremos acercándonos a su familia de la mejor manera para acompañarlos.

Seguramente de esta situación saldremos fortalecidos como familia, como escuela, como comunidad y como sociedad. Tal vez sea un signo de que ante el virus, el dolor y la enfermedad, nada nos separa. Que el aislamiento que estamos practicando, es un acto de responsabilidad y cuando nos volvamos a encontrar, a llenar las aulas, los patios y espacios compartidos, aunque sigamos siendo austeros en abrazos y besos, todos sintamos que estamos más juntos y unidos.

María Inmaculada nos sigue tomando de la mano y está siempre presente a nuestro lado. La oración que hagamos en cada uno de nuestros hogares será uno de los momentos de encuentro, en los que sintamos la presencia de toda la comunidad.

Un abrazo desde el corazón

Equipo Directivo Institucional

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