Febrero 2019
Y algunos acontecimientos nos ayudarán a renovar la esperanza y la expectativa con la que inauguramos cada ciclo lectivo. Este año celebramos los 60 años de nuestra escuela, y queremos invitarlos a proponer formas de conmemorarlo, con aquello que pueda ayudarnos a mantener viva la memoria y nuestra identidad. En la semana del 12 de septiembre realizaremos un festejo central, cuando celebremos “el dulce nombre de María” y lo que comenzamos el año pasado: la fiesta del día del exalumno.
Otro acontecimiento que llena de alegría a nuestra casa, es la ordenación diaconal de nuestro hermano Juan de la Cruz, que se realizará en nuestra capilla el sábado 30 de marzo.
Sin lugar a duda cada ciclo lectivo presenta desafíos en nuestra tarea de “educar”; también es cierto que las condiciones sociales no son las mejores para poder realizar una reflexión serena, cuando muchas veces debemos afrontar situaciones e idear respuestas en medio de tormentas. Un compromiso para nosotros será mantener la calma reflexiva, junto a nuestros equipos de conducción, compartiendo la corresponsabilidad con nuestros amigos y compañeros de trabajo, pero sobre todo con la confianza de que no estamos solos y asumimos cada desafío como comunidad educadora.
Este año debemos renovar la convicción de construir caminos para la inclusión, donde “nuestra calidad educativa” sea el principio y el valor de “brindar a todos y cada uno la posibilidad de crecer aprendiendo y construyendo saberes”. Donde la exigencia se cristalice en el trabajo cotidiano del estudio, de la solidaridad y del respeto por el otro. Sabemos que las reformas y modificaciones a los diseños curriculares, no siempre representan “los profundos cambios en la educación” que todos deseamos y haríamos. Allí deberá estar el compromiso de nuestra propia identidad, nuestras convicciones más auténticas, y la originalidad que pongamos en nuestra tarea.
Este año tendremos que acompañar la situación política y social de nuestro pais. Ya desde enero fuimos recibiendo a familias que se acercaron para plantear su situación. También hubo muchos que en silencio decidieron afrontar esto solos; les pedimos estar atentos a las necesidades de los otros, generar conciencia y propuestas de solidaridad en nuestra comunidad.
Cada uno de nosotros pudo ver que comenzamos este año trabajando con mucho esfuerzo y compromiso. Hay muchas cosas para hacer, y es importante que nunca dejemos de señalar y solicitar aquello en lo que debemos mejorar. Pero también ninguna transformación es posible, si no la acompañamos, sabiendo que lo que somos es lo que construimos entre todos, y que cada uno puede colaborar para que todo sea, cada día, un poco mejor.
Quisiéramos que esta “mirada atenta al otro” sea un trabajo compartido y un ejemplo en la comunidad. Nuestros niños, niñas y adolescentes también son sensibles a esto. Recuperar la mirada, la palabra y la escucha pueden ser alguno de los propósitos que asumamos este año.
Nosotros formamos parte de esta historia, de esta escuela y sus 60 años. Hoy nos toca celebrar y resignificar tanto camino recorrido. Felicitaciones y buen año!