Por el Padre Gabriel para inmaculada.edu.ar
El domingo pasado, como desenlace de una grave enfermedad, nos dejó Beatriz Estevez y ya descansa en paz, en la Casa del Padre y se queda en nuestra memoria.
Desde 1973 en que ingresó al Instituto hasta la fecha, trabajó entre nosotros en diversas funciones, pero sobre todo en la pastoral y coordinando la catequesis de Primaria y Jardín. Y últimamente siendo parte del Consejo de las Escuelas Lanterianas. Docente de profesión y de alma, Maestra Normal Nacional, Profesora de Filosofía y Pedagogía, Catequista formada en el ISCA, Lic. en Psicología, supo amalgamar saberes y experiencias para brindarlos en diferentes ámbitos escolares, institucionales y sociales.
Desde su queridísima Misiones Rurales Argentinas como voluntaria y asesora pedagógica, se proyectó a todo el País capacitando a incontables docentes rurales. Consultora y asesora de la UMOFC a nivel nacional y regional. Miembro fundadora y asesora de La Mesa Argentina de Organizaciones de Mujeres. Miembro del Equipo No a la Trata, del Episcopado. Autora y coautora de varias publicaciones relacionadas con educación y salud. Disertante en Congresos nacionales e internacionales sobre temáticas educativas y de salud.
Para quienes la conocimos más de cerca y trabajamos con ella, nos queda su sonrisa siempre a flor de piel, su amabilidad, su inteligencia y libertad de espíritu, su sensibilidad por la humanidad sufriente, su espíritu servicial y conciliador, su saber tejer redes para la solidaridad y el bien común, su enfoque en lo positivo de las diversas situaciones, su don de gente y capacidad para vincularse con los más sencillos, su actitud siempre esperanzada, su optimismo realista, su vitalidad alegre, pese a tantos achaques de salud, a los que se sobreponía motivada por sus proyectos de vida. Inspirada en la Parábola del Sembrador se autodefinía como “sembradora de esperanza” y su credo cristiano lo sintetizaba con su frase favorita a la hora de pensar e invocar a Dios, sobre todo en situaciones difíciles: “Dios es bueno con sus criaturas”.
Firmaba sus comunicaciones así: “Por un milenio esperanzado y solidario”.
Adiós Beatriz siempre estarás con nosotros….